¡Hola!
Estrenamos entrada con el primer ejercicio de escritura, que consistió en elaborar un pequeño relato utilizando todos los sonidos de mi nombre que me fueran posibles. Allá va.
Me encontré con un tipo llamado René en un vagón hacia la India. Ese chico fue lo más insólito que encontré desde aquella manada de impalas corriendo junto al tren. Con su estilo alegre me contó historias sin parar, como aquella vez que había conseguido escapar del ataque de un elefante en África escondiéndose en el tronco de un árbol. Con una sonrisa me dijo que después de aquello dejó de intentar emanciparse de la sociedad, así que ahora se dedicaba a recorrer ciudades buscando su sitio. Egipto, Estambul, Eslovaquia, Estados Unidos... Viajaba de una ciudad a otra con lo que sacaba de vender sus pinturas, que apilaba en el asiento libre a su lado. Cuando salí de aquel tren no pude ignorar el impulso de curiosidad que me invadió. Pensé en qué vendría después de conocer a alguien tan singular, alguien que solo con su con su presencia entretiene.
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