¡Bienvenidos un día más!
Hoy os traigo un texto muy breve, pero muy gratificante de escribir. Es, como otras veces, un texto exprés, es decir, escrito en unos pocos minutos y corregido después.
El ejercicio consistía en escribir un relato a partir de un objeto significativo, y así usarlo como medio para expresar situaciones, sentimientos y vivencias.
¡Espero que os guste!
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Los adultos no suelen entenderlo pero el colegio es una sociedad con estratos muy estancos donde la edad marca tu estatus. Así que los seis cursos de primaria son una lenta escalada donde, poco a poco, se va ganando importancia. Es por eso que llegar a sexto significa estar en la cima de la pirámide.
Sin embargo, el último curso resulta ser un arma de doble filo, porque, una vez acabas, vas a la jungla, también conocida como instituto. Allí vuelves a ser el pringado y canijo que se esconde entre los arbustos para que no se lo coman los leones.
Los profesores lo saben y por eso preparan a sus alumnos dándoles charlas y consejos sobre lo que se van a encontrar. Aunque otras veces también usan la amenaza del futuro instituto para bajarle los humos al que se pasa de la raya con un niño más pequeño.
Ellos se manejan en ésta contradicción y símbolo de ello es el regalo de despedida que les dan a sus alumnos, que ya no son tan niños, pero tampoco son adultos todavía. El obsequio es, ni más ni menos que una pluma de tintero, acompañada de su lacre y su sello. Para que escriban cartas, los angelitos, que acaban de aprender a escribir con bolígrafo.
Pero a pesar de todo este lío, sin duda resulta un regalo acertado, muy significativo, si lo piensas bien. Es un objeto hermoso y poderoso, pero que es muy difícil de llegar a manejar. Los que se animen a usarla, al principio no conseguirán escribir nada, se mancharán las manos y se frustrarán al no conseguir más que borrones de tinta. Incluso puede que algunos pocos lleguen a manejarla de tal forma que consigan una caligrafía admirable, pero incluso ellos seguirán teniendo un borrón de tinta de vez en cuando. Exactamente lo mismo que les espera en la vida.